Rodrigo Vidal, de 10 años, representa a Jesús en un Vía crucis.
Rodrigo Vidal, de 10 años, representa a Jesús en un Vía crucis.
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EFE/Manuel López

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Un Vía Crucis infantil por el fin de la pandemia y los feminicidios en México

Recrearon los momentos vividos por Jesús de Nazaret, desde su arresto hasta su crucifixión.

Entre oraciones para que acabe la pandemia y los feminicidios en México, Rodrigo Vidal, de 10 años, representa a Jesús en un Vía crucisconformado únicamente por niños en el municipio de Cárdenas, en el sureste del país. 

"Lo hago para que los niños sigan este ejemplo y primero Dios salgamos de esta pandemia de Covid-19. Su pasión, muerte y resurrección (de Cristo) representa mucho para mí. Me da tristeza lo que él sufrió. Le pediría (a Jesús) que hiciera un alto a los que matan mujeres, a los que violan y al feminicidio", manifestó Vidal. 

Junto con una veintena de niños, niñas y adolescentes más, y acompañados de sus padres, el niño participó en la recreación de los momentos vividos por Jesús de Nazaret, desde su arresto hasta su crucifixión. 

Rodrigo estudia el sexto año de primaria y fue elegido para interpretar a Cristo porque él y sus padres son ejemplo de vida para la comunidad católica. Es un niño con gran capacidad oral y apasionado de la obra de Dios, expresaron sus allegados. 



"Sabemos que gracias a Dios ya hay vacunas, pero seguimos orando para que podamos tener una vida normal y regresen los niños a la escuela, que se quite el estrés que se vive en casa y aprovechar a decirle a la gente que Cristo está vivo", agregó Virgilio Martínez, organizador del Vía crucis infantil. 

Esta actividad surgió a insistencia de los menores y porque su parroquia permanece restringida a las actividades litúrgicas con aglomeraciones para evitar contagios por el coronavirus. 

"Ellos son muy activos y siempre participan, pero debido a la pandemia se cancelaron muchos eventos católicos. Y al ver que no tendríamos (el tradicional) Vía crucis viviente, los niños decidieron hacer algo nuevo y surgió la idea", afirmó el también padre de familia. 

Pandemia y humildad  



Los abuelos y un tío del pequeño Cristo se contagiaron de covid-19 y ya se están recuperando, mientras que sus padres han permanecido sanos durante esta dura pandemia, que en México se ha llevado más de 202.000 vidas y suma 2,22 millones de contagios. 

El padre del pequeño Jesús trabaja con el aluminio y su madre es ama de casa. 

Una familia humilde que puso esmero en su educación. 

"Al ver la responsabilidad de los padres en la educación del niño nosotros optamos por invitarlo a él para que todos crecieran espiritualmente. Desde un principio lo vimos para hacer el papel de Jesús porque es muy comprometido y apasionado por las cosas de Dios", manifestó Virgilio. 

El calvario



La última parada del Vía crucis fue recreada en un lote baldío infestado de hormigas que durante toda la escenificación atacaron a los participantes, uno de ellos, que interpretaba al "Mal Ladrón" que fue crucificado junto a Jesucristo, tuvo que bajarse de la cruz por las implacables mordidas. 

Para cumplir con los protocolos sanitarios, los organizadores del Vía crucis infantil usaron distintas ubicaciones al aire libre en la colonia (barrio) Guadalupe, cercana a la ermita Virgen de Guadalupe, en Cárdenas, a unos 47 kilómetros de Villahermosa, capital del estado. 

El trabajo de preparación de estos jóvenes fue arduo y duró unas dos semanas en las que trabajaron en la representación infantil; que va desde la detención de Jesucristo, a la misa de la última cena, el lavado de pies, el pésame a la Virgen, la marcha del silencio, la adoración a la cruz y la crucifixión. 

El estado suroriental de Tabasco se mantiene en semáforo epidemiológico naranja (peligro alto) y aunque sus iglesias abrieron parcialmente con aforo del 30 % de su capacidad, se suspendieron todas las actividades que pueden causar aglomeraciones, como las procesiones. 

Por este motivo, esta representación será transmitida virtualmente este Viernes Santo por Facebook, aunando la tradición con la modernidad y los nuevos tiempos. 

Con 97,8 millones de creyentes, México es el segundo país del mundo con más católicos, después de Brasil.

Manuel López, EFE 
 

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